Adiós a los buenos tiempos
El sector tech está en crisis. Para toda una generación será la primera. Explicamos qué está pasando y cómo prepararse ante la incertidumbre que viene.
Grandes empresas como Meta, Uber o Salesforce han detenido la contratación en seco. Coinbase, ha llegado a rescindir ofertas en firme a personas que se tenían que incorporar en menos de dos semanas causando auténticos dramas.
Unicornios como Klarna han despedido al 10% de su plantilla y reducido su valoración drásticamente. Bolt, otra fintech famosa por ofrecer préstamos a empleados para comprar sus stock options, al 27%. Otras como Fast, han cerrado directamente después de quemar más de 100 millones de dólares de sus inversores.
El Nasdaq, el índice tecnológico de referencia, ha caído un 30% en los últimos seis meses. No todas las empresas han caído de igual forma. Las que todavía no son rentables, han caído muchísimo más: Shopify y Cloudflare casi un 80% desde máximos de Noviembre de 2021. Snapchat un 75%.
Está siendo una auténtica masacre.
Las causas de la crisis
La razón más aceptada de las causas de esta crisis tiene mucho que ver con el ciclo económico y la labor de los bancos centrales manejando los tipos de interés para intentar controlarlo.
Los ciclos económicos oscilan entre expansión y contracción. Cuando la economía sufre un parón como el del COVID o la crisis financiera de 2008, los bancos centrales reducen los tipos para tratar de espolear a la economía.
Reducir los tipos de interés tiene un efecto doble. Por un lado, reduce los rendimientos de las formas más seguras de ahorro, los depósitos y bonos. Esto hace que aquellos que quieran sacar rentabilidad a su dinero tengan que tomar más riesgo para batir a la inflación. Digamos que bajar los tipos de interés consigue poner en movimiento el dinero que de otra forma estaría parado en cuentas y bonos.
Por otra parte, reducir los tipos de interés también abarata el crédito, lo que permite a las empresas financiarse más barato y acometer proyectos de expansión que de otra forma quizás no ejecutarían.
Pero, del mismo modo que sirven para animar a la economía, ahondar en una política de tipos de interés bajos, también hace que esta se sobrecaliente y puedan aparecer tensiones inflacionarias. Cuando aparecen, los bancos centrales, cuyo principal propósito es controlar la inflación, se ven obligados a subirlos.
Subir los tipos de interés devuelve la rentabilidad a los depósitos y bonos y encarece el crédito. Ambos factores actúan retirando dinero del mercado, enfriándolo.
Este escenario de alta inflación y subida de tipos es precisamente en el que nos encontramos. Y es bastante desconocido. Desde la crisis del petróleo de los 70, Occidente no había sufrido una inflación a niveles cercanos al 10%.
Ante esta situación, la Reserva Federal estadounidense no ha tenido más remedio que incrementar los tipos. Sin embargo y pese haber anticipado varias subidas este año, la realidad es que la inflación sigue disparada, por lo que se empieza a descontar que la FED va a tener que pisar el acelerador subiendo todavía más, y provocando una recesión en el camino.
El impacto en el capital riesgo
Como hemos comentado, una política de interés de tipos bajos, mueve dinero desde entornos más seguros a otros más arriesgados en busca de rentabilidad. Uno de los sectores más beneficiados en estos últimos 15 años ha sido el del capital riesgo, principal fuente de alimentación de gran parte del sector tech.
Desde la crisis financiera de 2008 hemos vivido una época de tipos de interés cero, algo que no tiene precedentes. No sólo eso, si no que cuando ya no se podían bajar más los bancos centrales decidieron poner más dinero en circulación, aumentando la masa monetaria. Esta política, potenciada por el impacto del COVID, ha movilizado ingentes cantidades de capital hacia nuestro sector.
Capital que ahora se está secando.
La subida de tipos hace que los inversores detrás de los fondos, los que realmente ponen el dinero en manos de los VCs, vuelvan a tener opciones menos arriesgadas. También saben que la falta de crédito barato y una posible recesión terminaría afectando al consumo, reduciendo las ganancias y con ello los múltiplos que antes justificaban el riesgo extra que asumían invirtiendo en Startups.
Los fondos están anticipando que en los próximos 12-24 meses va a ser mucho más difícil captar capital, por lo que levantar rondas para sus participadas también será más complicado. Ante esta situación, están recomendando a sus empresas en cartera que adopten el modo supervivencia. Esto es, reducir al máximo sus gastos de forma que puedan sobrevivir ante el escenario que anticipan.
Esto implica despidos, pero también control de gastos. Gastos que en muchas ocasiones recaen en el sector tech, en forma de anuncios o inversión en herramientas SAAS. Así pues, el control de gastos, termina también repercutiendo en menores ingresos, lo que atrae menos inversión, lo que a su vez genera también más despidos.
Al final se trata de un ciclo de retroalimentación. Cuando las cosas van bien, todos ganamos y parecemos seres de luz. Cuando las cosas van mal, todos perdemos y parece que nos vamos directos al infierno.
De todo se sale. La clave en el corto plazo va a estar en priorizar y poner el foco más que nunca en la rentabilidad. Los tiempos del crecimiento a toda costa se han terminado.
Impacto de la crisis
¿Cómo nos va a afectar la crisis? Aquí van algunas intuiciones personales sobre lo que puede ocurrir:
Las empresas que no tengan encaje en el mercado y vivieran de rondas van a ser las más perjudicadas. Si consiguen acceder al capital va a ser a costa de reducir su valoración. Las que no lo consigan tendrán que ajustar sus gastos rápidamente o desaparecer.
Empresas con productos con market fit pero que quemaban dinero para crecer también sufrirán recortes hasta ponerse en modo cash flow positivo. El crecimiento será rentable o no será.
La inflación va a hacer que los consumidores tengan menos capital disponible para lujos. Si tu producto no cubre una necesidad de primer orden, cuenta con que tus ingresos probablemente disminuyan.
Las empresas se van a reenfocar necesariamente en aquellos productos rentables e iniciativas que tengan un retorno directo a corto plazo.
Apuestas, inversiones y proyectos con retornos de inversión a largo van a ser puestos en pausa o directamente cancelados.
La ejecución va a ser más importante que la visión. El foco en rentabilidad requiere de perfiles capaces de entregar valor. Las grandes visiones se van a aparcar.
La competencia por empleos va a subir. Los sueldos se van a moderar. La rotación va a bajar.
Las valoraciones van a bajar. Las adquisiciones se van a parar en seco. Las salidas a bolsa también.
Las stock options y las RSU han perdido valor. Si gran parte de tu atractivo para retener a tus mejores empleados consistía en este tipo de incentivos, considera que puedan estar buscando otro trabajo con mejor sueldo base o mayor seguridad.
Las empresas que sobrevivan saldrán más fuertes. AirBnB, Stripe, o Slack surgieron del invierno de la crisis financiera de 2008.
Tus competidores están en tu misma situación. Si consigues sobrevivir y ellos no, saldrás de esta con más cuota de mercado.
Podemos pensar que la industria está sobrereaccionando, pero la realidad es que como todo buen apostador, los VCs saben que para permanecer en el juego necesitan evitar el riesgo de ruina a toda costa. Y para evitarlo, necesitan que sus participadas sobrevivan.
Si pudiéramos prever el comportamiento de la economía seríamos todos millonarios. Hay quién piensa que la inflación que estamos sufriendo viene derivada de los efectos del COVID en las cadenas de suministro y que puede ser temporal. Hay quién duda de la posible recesión viendo los datos de paro en EEUU, que está en mínimos históricos. También hay quién piensa que los tipos de interés no pueden subir demasiado porque la mitad de los gobiernos de occidente quebraría.
La realidad es que no se puede saber y hay que trabajar en base a escenarios.
En el mejor de los estos, en el que los bancos centrales consiguen controlar la inflación sin subir los tipos de interés en exceso y sin provocar un parón en la economía, los fondos podrían volver a rellenar sus arcas en 12-24 meses. En el peor, nos enfrentamos a un shock inflacionario con tipos de interés desbocados y una posible década perdida a nivel de inversión.
Sí. He dicho década. Ya perdimos una tras el estallido de la burbuja .com en el 99. Pero que queda muy lejos en la memoria para las nuevas generaciones que sólo han vivido en bonanza. Los cambios de ciclo pueden ser duros.
Sobrevivir es fundamental. Nunca en los últimos quince años ha sido tan importante ser capaz de priorizar y enfocar tus recursos en lo realmente importante. Aquellos que lo consigan sobrevivirán y saldrán más fuertes. ¡Sé uno de ellos!
📝 Referencias
Sequoia, uno de los principales VCs en EEUU ha compartido una presentación de 52 diapositivas entre sus participadas que vale la pena leer para comprender el punto de vista de los fondos: Adapting to Endure.
YCombinator ha compartido otro mensaje similar a sus founders.
He publicado una segunda parte a este artículo: Sólo la buena estrategia nos salvará de la crisis