El año que Apple prohibió las máquinas de escribir
Dogfooding: la técnica que las mejores empresas del mundo utilizan para crear los sus productos.
El 1 de Febrero de 1980, el primer CEO de Apple, Mike Scott, envió un mensaje interno a toda la compañía: a partir del 1 de Enero de 1981, la compañía dejaría de comprar máquinas de escribir y se sustituirían por ordenadores Apple II y su procesador de texto, Apple Writer.
Steve Jobs, impulsor del cambio, tenía como objetivo que toda la compañía utilizara su propio producto. De esta manera, podrían entender directamente los desafíos a los que se enfrentaban sus usuarios.
Dogfooding
El término "dogfooding" proviene de una serie de anuncios de alimentos para perros de los años 70, en los cuales el actor Lorne Greene insinuaba que daba ese producto a sus propios perros.
En 1988, se encuentra la primera referencia al uso del término "dogfooding" en un entorno empresarial. Un gerente de Microsoft envió un mensaje a su equipo animándoles a usar el producto que estaban desarrollando. El título del mensaje era “Eating your own dogfood”.
Los beneficios de comerte tu propia comida de perro
La traducción al castellano es poco agradable, hay que reconocerlo, pero la técnica está detrás del lanzamiento de muchísimos productos exitosos en empresas tecnológicas de todo tipo. Apple, Microsoft, pero también Amazon, Facebook o AirBnB son ejemplos de empresas que crearon o evolucionaron sus productos a base de utilizarlos en el día a día.
Tiene toda la lógica del mundo. ¿Puede haber algo a la vez más útil que utilizar el producto que estás construyendo en tu día a día para mejorarlo? ¿Puede haber algo más sencillo para inspirarte que resolver tus propios problemas? Esta es la base del dogfooding, y la razón por la que deberías utilizarlo.
Es obvio que no siempre es posible utilizar el producto que uno crea. Sin embargo, cuando sí es posible, a menudo encuentro demasiados profesionales — product managers, ingenieros, diseñadores, marketers — que no lo hacen.
Y no hay excusa que valga, sinceramente. Si no eres capaz de utilizar tu propio producto, ¿cómo esperas que tu cliente lo haga? El dogfooding debería ser obligatorio en cualquier empresa que pueda permitírselo.
Las ventajas del dogfooding, desde el punto de vista del desarrolo de producto, son muchas y variadas. Entre ellas, destacaría:
Hace que empatices con tu cliente
Utilizar tu propio producto, ponerte en la piel de tus clientes, te permite experimentar de primera mano los desafíos y frustraciones que estos pueden encontrar en su día a día.
Hacerlo, te permitrá entender profundamente las necesidades de tus usuarios y ver tu producto desde su punto de vista, ayudándote a identificar puntos de fricción.
Te permite mejorar la usabilidad
Cuántos productos hay en el mercado con flujos totalmente rotos y sin ningún sentido. Os aseguro que eso sucede porque nadie internamente lo está utilizando.
Corre la leyenda de un desarrollador que aceptó una oferta de trabajo en una empresa, cerró un bug en su primera semana que le molestaba, y dimitió. ¿Por qué tiene que venir alguien a hacerte el trabajo desde fuera? Debes ser tú quién encuentre estos problemas.
Mejora la calidad
Al hilo de lo que comentábamos en el punto anterior. No esperes que vengan a sonrojarte la cara. Utilizar tu propio producto en tu día a día, especialmente versiones internas de desarrollo, te permite encontrar problemas antes de que lleguen a impactar a los clientes.
Detrás de cada bug en producción, hay todo un equipo que no ha dedicado el tiempo suficiente a probar lo que estaba entregando.
Te da nuevas ideas
Evidentemente, utilizar el producto en tu día a día te permitirá no sólo detectar problemas, sino también oportunidades de mejora. Considéralo parte de tu trabajo de discovery.
Conclusión
Para concluir, el dogfooding es una práctica esencial para cualquier empresa de producto que se precie. No siempre es posible, pero cuando lo es, hay que quemar las naves, hay que llegar a prohibir las máquinas de escribir, para hacerlo.
Al fin y al cabo el dogfooding lo que hace es reforzar la idea de que el usuario tiene que estar en el centro de todo lo que hacemos. Utilizarlo nos permitirá, entre otras cosas, empatizar mejor con él, mejorar la usabilidad y calidad del producto, y generar nuevas ideas de mejora.
Porque recuerda, si no eres capaz de utilizar tu propio producto, no esperes que tu cliente lo haga.
Excelente como nos tienes acostumbrados. Gracias por compartir.
Gracias por el artículo. No conocía la historia de las máquinas de escribir. Me la guardo :)
Añadiría otra ventaja de gran impacto del "dogfooding": aumenta enormemente la credibilidad del producto a lo largo de la organización, así como el conocimiento sobre él. En la mente colectiva de una organización, hasta que un producto propio no se usa internamente, no pasa de ser un mero proyecto prometedor que quizás no cuaje. Y es muy difícil vender algo en lo que no se cree.