El Product Manager que decía que sí
Decir que no forma parte del día a día de cualquier Product Manager. ¿Y si hubiera una técnica que nos permitiera explorar una oportunidad creativamente antes de rechazarla?
Decir que no forma parte del día a día de cualquier Product Manager.
Es así porque de nosotros depende qué iniciativas se priorizan por encima de otras y, por tanto, tenemos la llave para solucionar muchos de los problemas de nuestros usuarios y otros compañeros.
En una trimestre típico, podemos recibir peticiones de:
El CEO/CPO que, por iniciativa propia o porque otro ejecutivo se lo ha pedido, nos sugiere que añadamos una funcionalidad.
Ventas insistiendo en la importancia de un desarrollo porque nuestra competencia lo tiene.
Marketing que para llegar a sus objetivos necesita que hagamos una modificación en el producto.
Atención al cliente quiénes han detectado un problema que afecta a la experiencia de un grupo de usuarios.
Otros Product Managers que pueden necesitar que resolvamos una dependencia para lanzar una iniciativa por su lado.
Los usuarios, los que realmente importan, sugiriendo nuevas funcionalidades en entrevistas de usuario, a través de nuestro formulario de contacto o directamente en redes sociales.
Ante tal situación, decir que no, no es un capricho. Es una necesidad para poder mantener el foco y evitar que nuestro producto se convierta en una quimera. El típico producto que por tratar de contentar a todo el mundo, no termina resolviendo bien ningún problema.
Dos formas de decir no
Sin embargo, no todas las formas de decir no son iguales. Por un lado tenemos el no reactivo, en el que muchos PMs, abrumados por la cantidad de trabajo y falta de recursos o experiencia, pueden caer inconscientemente.
El no reactivo es ese no que das rápidamente sin prestar mucha atención a lo que tu interlocutor está pidiendo. Quizás porque ya lo has escuchado otras veces, quizás porque está totalmente desalineado con tus objetivos para este trimestre. Quizás porque no sabes que existe otra forma de hacerlo, o simplemente porque estás quemado.
Es un no que bloquea e impide la comunicación presente y futura. Porque cuando utilizas el no reactivo, generalmente pierdes la confianza de ese interlocutor para siempre.
Existe otro tipo de no. El no empático. Consiste en escuchar activamente la propuesta de tu interlocutor, demostrando que has entendido su importancia. Y explicando después razonadamente por qué no puedes realizarla en este momento.
Ningún Product Manager puede durar mucho si no domina la forma empática de decir que no. Y es que el de Product Manager es un rol en el que las relaciones transversales son vitales. Si pierdes la confianza de las personas en la organización por abusar de tu mal entendido poder para decir que no, estás caput.
“Sí, y”
Sea reactivo o empático, decir que no, suele zanjar la conversación y hacer que perdamos la oportunidad de explorar ideas que puedan ser beneficiosas a futuro. ¿Y si hubiera una técnica que nos permitiera construir sobre ellas antes de descartarlas? Bienvenidos al mundo del teatro de improvisación.
El teatro de improvisación es una forma de teatro en la que no hay un guión pre-establecido. Los actores crean el diálogo de forma espontánea, apoyándose en diversas técnicas que les permite ir creando la escena sobre la marcha.
Una de esas técnicas se llama “Sí, y” y consiste en escuchar lo que dice tu compañero de reparto y construir sobre esa idea utilizando un “sí, y”, de forma que expandes y amplías el original.
Veamos un ejemplo de cómo podría ser una conversación con nuestra pareja o un grupo de amigos utilizando esta técnica:
“Este fin de semana podríamos ir a Madrid.”
“Sí, y además podríamos ir a ver un musical.”
“Sí, y podríamos pillar un hotel cerca del centro para poder ir andando.”
“Sí, y podríamos aprovechar para ir a visitar a Juan que vive en Malasaña.”
El “sí, y” se entiende mejor cuando lo contrapones a la respuesta habitual, el “sí, pero”, o el “no” directo. Veamos cómo el uso de estos tiene el potencial de matar la creatividad:
“Este fin de semana podríamos ir a Madrid.”
“Sí, pero es puente y puede que haya demasiada gente.”
“Vale, pues nada.”
Da la casualidad, que cuánto más alto estás en la jerarquía, cuánto más poder tienes, más sueles recurrir al no, cerrando las puertas a la creatividad subyacente que se podría dar si explorásemos la oportunidad.
Es natural. Somos conscientes de nuestras limitaciones y de la importancia de mantener el foco y no crear quimeras. Sin embargo, esto no quiere decir que no podamos aprovechar el poder del “sí, y”, porque al fin y al cabo, la decisión final siempre va a ser nuestra.
Ojo. No todas las ideas que nos brinden van a ser merecedoras de invertir nuestro tiempo expandiéndolas, pero tampoco todas las ideas son merecedoras de un no automático independientemente de lo atareados que estemos.
Para esas ocasiones en las que necesites explorar una idea, la técnica del “sí, y” te puede ayudar a añadir un plus de creatividad.
Recursos
Si queréis ampliar un poco más sobre el tema, aquí tenéis tres libros que hablan de la técnica:
To Sell is Human de Daniel Pink, es el libro en el que descubrí el concepto, y en el que introduce varias técnicas de improvisación como el “sí, y” para ayudar a vender mejor. Vender es otra cualidad que deben dominar los Product Managers. Hablaremos de ello en otra ocasión.
Happy Accidents: The Transformative Power of "Yes, and" at Work and in Life, cuenta la historia de una compañía de actores de improvisación estadounidense aprovechó el poder del “sí, y” para convertirse en un fenómeno cultural llegando a actuar para dos presidentes.
Yes, And: How Improvisation Reverses "No, But" Thinking and Improves Creativity and Collaboration, es un libro escrito por integrantes del teatro y escuela de improvisación The Second City en Chicago.