Expertos en el dominio vs. expertos en la práctica
¿A quién contratarías como Product Manager? ¿A un experto en el negocio o a un experto en la disciplina? En el envío de hoy explicamos las diferencias y una estrategia para tomar la decisión.
En ocasiones me preguntan qué tipo de perfil buscar a la hora de contratar un Product Manager, si un experto en el dominio o un experto en la práctica. Como casi siempre, la respuesta es depende.
Expertos en el dominio
Por experto en el dominio, entendemos un perfil que, si bien no conoce la disciplina de Product Management, sí que conoce el sector o la industria del producto en profundidad.
Un ejemplo típico sería contratar a alguien que conociera el mercado de la la sanidad privada, para llevar un producto orientado a este. Este Product Manager partiría con la ventaja de conocer el sector, los dolores de los usuarios, la competencia y hasta el posible entramado legal o regulatorio.
Expertos en la práctica
Por un experto en la práctica entendemos aquel perfil que tiene un conocimiento profundo de la disciplina de Product Management, pero no específico sobre el sector en concreto del producto.
Volviendo al ejemplo de la sanidad privada, podría ser un Product Manager que dominara las técnicas de discovery, estrategia de producto, priorización, ejecución, gestión de stakeholders, etc.
¿Qué perfil de Product Manager contratar?
Como comentaba al principio del artículo, siempre que me hacen esta pregunta mi respuesta es depende.
Depende de la madurez de la organización. ¿Tiene la empresa una cultura de producto consolidada en la que se pueda apoyar el experto del dominio? Si la tiene, este se puede centrar en explotar sus capacidades para identificar problemas y delegar en el equipo para resolverlas.
Si la empresa no tiene esta cultura, lo más probable es que acabe estrellándose contra la estructura, al carecer de las habilidades propias y experiencia de la posición. El caso típico es el experto en el dominio que acaba dándose de bruces con un equipo de ingeniería poco orientado a producto y que no está por la labor de facilitarle el trabajo.
Depende del sector en el que compita el producto. Hay sectores extremadamente complejos, como sanidad o finanzas por ejemplo, donde ser experto en el dominio te ahorra mucho tiempo de aprendizaje de un posible experto en la práctica. En el lado negativo, un experto en el dominio estará limitado a su propio conocimiento, mientras un experto en la práctica que haya trabajado en otras industrias puede innovar importando ideas que haya visto funcionar en estas.
Depende de la función del rol. Por ejemplo, los conocimientos de Product Managers enfocados en Growth, son mucho más transversales que los de aquellos que trabajan en el core del negocio. Para un puesto de este tipo, el conocimiento de la práctica, casi siempre ganará al conocimiento del dominio o negocio del producto.
La clave está en el balance
Un buen rasgo de un líder de producto es saber leer la organización, identificar sus necesidades, pero también saber leerse a sí mismo. Por ejemplo, en mi caso, mis ya más de 20 años de experiencia me han hecho pasar por varias industrias, de forma que me considero más un experto de la práctica que de un dominio en concreto.
Así, cuando he tenido que crear equipo, generalmente lo he hecho promoviendo a expertos del dominio de la propia organización a Product Managers. Lo he hecho así porque confiaba en que les podría enseñar la parte de Product Management.
Por el contrario, cuando aconsejo a fundadores que están buscando contratar su primer Product Manager, casi siempre les digo que busquen un experto en la práctica, porque en ese punto los propios founders son los expertos en el dominio. La empresa no necesita más, lo que necesita es alguien que siente las bases de la disciplina, la cultura de producto y, en el futuro, pueda identificar y promover a Product Managers dentro de la organización.
Todo esto para decir que no hay una respuesta correcta a la pregunta de qué perfil de Product Manager contratar. La clave es identificar tus necesidades concretas en base a tu cultura, sector, la función o incluso el momento en el que te encuentres, y sólo entonces, tomar la decisión.