Cuando tu IA son en realidad 1000 Indios Anónimos
Qué podemos aprender de Amazon y un ilusionista del siglo XVIII en la corte de los Habsburgo.
Esta semana Amazon anunciaba que retiraba el programa Just Walk Out de su cadena de supermercados físicos Amazon Fresh.
El programa, presentado en 2016, permitía hacer la compra sin tener que pasar por caja. Funcionaba así:
Entrabas en la tienda identificándote con tu cuenta de Amazon
Según cogías productos, un sistema de múltiples cámaras apoyado por inteligencia artificial los iba detectando en tiempo real
Salías, y Amazon simplemente te cargaba el importe total a tu tarjeta de crédito
Que una empresa cancele un proyecto no debería ser noticia. Si lo ha sido es porque, a raíz del cierre, The Information publicaba que gran parte de la inteligencia artificial del proyecto eran en realidad 1000 personas en la India.
¿Qué tienen que ver un turco mecánico y Amazon?
A finales del siglo 18, en 1770, Wolfgang von Kempelen, inventor, y alto funcionario del imperio de los Habsburgo, presenció una exhibición de un ilusionista a la emperatriz María Teresa de Austria. De allí salió con la idea de crear una máquina que se convertiría en la mayor de las ilusiones.
Von Kempelen volvería meses después con “El Turco”, la primera máquina capaz de jugar al ajedrez autónomamente. El éxito de la máquina fue tal que fue exhibida durante más de 80 años en Europa y América, enfrentando a figuras tan prominentes como Napoleón o Benjamin Franklin.
¿Estamos ante el mayor inventor de todos los tiempos? ¿Era posible que en 1800 alguien hubiera creado un autómata capaz de jugar al ajedrez? ¿O todo era un sorprendente artificio?
No fue hasta mediados del siglo siguiente que el secreto salió a la luz, en una serie de artículos publicados en una revista de ajedrez por el hijo del último propietario de la máquina. Todo había sido un colosal engaño que había durado más de medio siglo.
El Turco escondía en su interior un asombroso mecanismo accionado por una pieza clave muy humana: un maestro de ajedrez oculto dentro. Así, el Turco no era más que una ilusión, justo lo que prometió von Kempelen. Una ilusión que hacía pensar a sus rivales que estaban jugando realmente contra una máquina.
La misma ilusión que permitió a Amazon lanzar su programa Just Walk Out a pesar de no tener todavía la tecnología disponible.
Y me quito el sombrero ante ellos por hacerlo.
La importancia de reducir la incertidumbre
Me quito el sombrero ante Amazon porque, en lugar de paralizarse por no tener la tecnología disponible, tuvieron la valentía de lanzar y aprender del mercado mientras la creaban.
Aún hoy me sorprendo al encontrarme startups que pasan meses o años desarrollando un producto que no terminan de sacar a la venta porque “no está listo”.
En mi propia experiencia, me he llegado a enfrentar a personas en equipos de ventas que “necesitaban” que desarrolláramos una nueva funcionalidad completa para poder comercializarla. Mi respuesta habitual era: véndela primero, y entonces, empezaremos a construirla.
Y si para venderla hay que construir un prototipo en el que haya un maestro de ajedrez por debajo moviendo los hilos, lo haremos. Gran parte del trabajo de producto consiste en reducir la incertidumbre. Simular una solución es una forma maravillosa de validar si existe demanda real antes de tirar meses de desarrollo por la borda.
Amazon no es la única empresa que se ha apoyado en variantes del turco mecánico. Los inicios de Microsoft derivan de Bill Gates y Paul Allen vendiendo un sistema operativo que no tenían a IBM. El propio IBM ha utilizado la técnica para refinar sus sistemas de reconocimiento de voz. Waymo o Cruise, recientemente, utilizaban conductores remotos para controlar su flota de taxis autónomos.
En definitiva, si una multinacional del tamaño de Amazon puede arremangarse y hacer manualmente lo que la tecnología todavía no le permite para validar si tiene sentido, ¿qué excusa tienes tú para tener que desarrollar una funcionalidad completa para poder salir al mercado?
Me encantan tus publicaciones. Con respecto a esta, solo una pregunta: ¿qué
pasa para casos como el de Elizabeth Holmes? Ella también tenía la idea pero no la tecnología...
Sabía del servicio de mechanical turk de Amazon, lo que no sabía era el origen, que interesante Simón.
¡Y muy interesante cómo Amazon usaba su propio servicio para Just Walk Out!
Por mi parte darte las gracias por tus reflexiones y enseñanzas, y también por estar “al pie del cañón” cada semana compartiendo conocimiento.