La estrategia de la barra de pesas
Esquiva la mediocridad en tu cartera de productos aplicando lecciones de Charlie Munger y Nassim Nicholas Taleb.
Esta semana escuchaba un podcast sobre Charlie Munger, inversor legendario y mano derecha de Warren Buffett, en el que citaron una frase que corrí raudo a apuntarme en mi bloc de notas:
“Las verdaderas buenas oportunidades son escasas. Cuando una se presenta, hay que estar preparado para apostar fuerte por ella.” — Charlie Munger
Munger es famoso por despreciar la diversificación. Su estrategia de inversión se puede resumir en encontrar empresas excelentes, invertir en ellas fuertemente, y tratar de no vender jamás.
“The big money is not in the buying and the selling, but in the waiting.” — Charlie Munger
La frase del podcast, sobre la virtud de esperar y estar preparado para aprovechar las buenas oportunidades, me llevó a recordar un post que venía queriendo escribir hace tiempo sobre la Barbell Strategy, literalmente estrategia de barra de pesas, de otro referente en el mundo de la gestión del riesgo, Nassim Nicholas Taleb.
La estrategia de la barra de pesas
Taleb fue un exitoso broker de opciones en los mercados financieros que se hizo famoso a raíz de la publicación de su libro El Cisne Negro. El libro forma parte de una colección llamada Incerto dónde filosofa sobre la gestión de riesgos y la incertidumbre, y que no puedo dejar de recomendar.
En Antifrágil, el tercer libro de la saga, Taleb introduce el concepto de la estrategia de barra de pesas, según la cual, nuestra aproximación al riesgo en el mundo de la inversión debe distribuirse siguiendo la forma de una de estas: pesada en los extremos y ligera en el centro.
Para Taleb, la mayor parte de nuestros activos, el 90%, deben estar libres de riesgo en un extremo de la barra. En el extremo opuesto, concentramos el 10% en apuestas extremadamente arriesgadas pero con retornos potencialmente exponenciales.
Lo que me parece interesante del concepto desde el punto de vista de la gestión de cartera de productos, es precisamente no dejar nada en el medio.
Así, haciendo la traslación a una startup o empresa con una cartera de productos dada, esta debería dedicar:
La mayor parte de sus recursos a iniciativas de bajo riesgo, pero recompensa asegurada. En otras palabras, invertir sobre el core del producto.
El resto, a iniciativas de riesgo extremo pero recompensa potencialmente exponencial. Estas corresponderían con las oportunidades que Munger dice que hay que aprovechar porque son escasas.
Y lo importante, nada, nothing, niente, cero… a los proyectos que se quedan en el medio, que son todos que tienen riesgo y recompensa moderada. Los llamaremos proyectos mediocres.
Los proyectos mediocres
Los proyectos mediocres son el asesino silencioso de Startups. Lo son por varias razones:
Pérdida de foco de la compañía a todos los niveles. Desalineamiento interno, reuniones donde los proyectos mediocres restan tiempo que se debería dedicar al core o a las oportunidades extremas, y sus ineficiencias derivadas.
Coste de oportunidad. Todos los recursos que dedicas a tus proyectos mediocres son recursos que no estás dedicando al core o reservando para aprovechar una verdadera oportunidad exponencial por la que apostar.
No tienen encaje en el mercado. Por definición, un proyecto mediocre no tiene encaje en el mercado, pero consume recursos y capacidad como si lo tuviera, si no más.
Confunden a tus clientes. Tus clientes lo son porque probablemente tengas un producto en el mercado que soluciona sus problemas de forma excelente. Por otro lado, tus proyectos mediocres, no lo hacen, o de lo contrario tendrían market-fit. Esta diferencia de calidad, cuánto más se extienda en el tiempo, más confusión genera.
Incrementan los costes. Por si no fuera suficiente todo lo anterior, mantener un producto mediocre, también afecta a tu cuenta de resultados, rentabilidad, o incluso tu burn-rate o tiempo de vida.
Por todo esto, es vital esquivar tus iniciativas mediocres. Y para ello la estrategia de Taleb nos viene como anillo al dedo: si no refuerza el core o su recompensa es exponencial, ni la empecemos.
Tampoco olvidemos que cualquier proyecto en los extremos se puede convertir en mediocre si no da los resultados esperados. Igual de importante que esquivarlos, es identificarlos y matarlos para desinvertir recursos y liberarlos para otros más provechosos. Esto mismo es lo que ya vimos que la matriz BGC sugería hacer con los proyectos “mascota”.
Utilizaré otra frase de Munger para cerrar el artículo.
“All I want to know is where I’m going to die, so I will never go there.” — Charlie Munger
El lugar donde mueren muchas empresas es en el centro de la barra de pesas. Desprotegen su negocio principal invirtiendo y perdiendo el foco en iniciativas que no son exponenciales. Y cuando de verdad se presenta una oportunidad que lo es, no pueden atacarla porque resulta que tienen todos sus recursos comprometidos remando en proyectos que no van a ninguna parte.
Munger no pisaría el centro. ¿Qué harías tú ahora?
Me ha gustado mucho el post. Las lecciones sacadas de los dos libros me parecen muy interesantes.
Me hubiese gustado que indagases más en cómo evitar los proyectos mediocres, al menos basandote en tu experiencia.
Se que la frase “si no refuerza el core o su recompensa es exponencial, ni la empecemos”. resume un poco la regla básica, pero a la hora de la verdad sabemos de sobra que negociar los proyectos no es tan sencillo. Así que bueno, quizás te sirva como inspiración para un segundo post.
Cuídate y sigue escribiendo! Para news más pequeñas como la mía es una inspiración.
👏