Mamá, ¿trabajo en un sector volátil?
Un conjunto de reglas sencillas para navegar la volatilidad del sector tecnológico.
Mamá, ¿trabajo en un sector volátil? Sí, hijo mío, sí. El sector tecnológico es un sector volátil. Y como tal, debes adaptarte a él.
¿Qué es un sector volatil?
Un sector volátil es un sector dónde un día estás tan tranquilo trabajando en una empresa cotizada en el Nasdaq como Twitter, y al día siguiente estás en la calle porque al hombre más rico del mundo se le fue de madre una broma.
Un sector volátil es un sector dónde la reserva federal sube los tipos de interés, y más de 300.000 empleados, algunos de entre las empresas más rentables del planeta, son despedidos en búsqueda de la eficiencia.
Un sector volátil es un sector en el que te contrata Amazon o Meta para trabajar en remoto, y de un día para otro te dicen que tienes que ir a la oficina o estás despedido.
Un sector volátil es un sector donde en 2021 estás surfeando la ola a lomos de un unicornio llamado Domestika, y dos años después, del unicornio sólo quedan los huesos. Y eso si tienes suerte y te despiden, y no te pasa como en Jeff dónde los empleados han pasado más de 8 meses sin cobrar antes de que la empresa declarara concurso de acreedores.
Sí, hijos míos, sí. Si estáis leyendo estas líneas, es muy probable que estéis trabajando en tecnología, y por tanto, en un sector altamente volátil.
Que sea volatil no es necesariamente malo. Parte de las ventajas de las que hemos disfrutado durante las últimas dos décadas derivan del upside del que disfrutan las empresas expuestas a volatilidad. Las stock options, los sueldos por encima de la media, las promociones casi infinitas, la ausencia de despidos por muy mediocre que fueras. Las conferencias, las mesas de ping pong y las cervezas en la oficina… todo eso viene derivado de haber vivido en una industria de alto riesgo, y alta recompensa.
Ahora bien, llegó la subida de tipos de la FED, y ahora estamos sufriendo la parte mala de la volatilidad. Se acabaron las rondas, llegan los despidos, los bonus y perks desaparecen. Del aumento ya hablaremos otro año, bastante es que conservas tu puesto.
Y es fácil que el downside te haya pillado desprevenido, como al protagonista de esta triste historia.
Como protegerse de la volatilidad
Afortunadamente no estamos indefensos ante la volatilidad. SIendo conscientes de que estamos expuestos a ella, podemos adoptar una serie de medidas que nos permitirán absorber sus choques sin que nos suponga un trauma. Por ejemplo:
1. No te endeudes por más de lo que puedas permitirte. Puedes permitirte menos de lo que crees.
Cualquier buen inversor sabe que la regla número uno es no arruinarse. Mientras inviertas el dinero que te sobra y no te endeudes, es muy difícil que, aunque tus inversiones caigan un 90%, te arruines.
Sin embargo, hay una forma extremadamente rápida de arruinarse y es utilizando el apalancamiento. El apalancamiento es lo que utilizamos cuando compramos una casa. Aportamos una cantidad, generalmente un 20%, y el banco nos presta el otro 80%.
Nuestro amigo del post de arriba debió ignorar que trabajaba en un sector volátil, y cometió un error que probablemente le haya llevado a la ruina: comprarse una casa que no podía pagar a poco que le vinieran mal dadas.
Si trabajas en un sector volátil, probablemente harás bien en hipotecarte por la mitad de lo que creas que puedes hacerlo. Si piensas que puedes hipotecarte por 300k, probablemente deberías ajustarlo a 150k. Y si no te da para comprate una casa donde quieres, quédate alquilado hasta que puedas hacerlo.
De lo de hipotecarnos para comprar AirBnBs es que ni lo comento… putos flipados.
2. Ten siempre un colchón de seguridad
Esto es vital trabajes, en una industria volátil o no. Pero si lo haces en una volátil, probablemente tu colchón de seguridad deba ser el doble.
Mi recomendación es que tengas por lo menos seis meses de gastos ahorrados siempre disponibles. Dependiendo de tu aversión al riesgo, podrías alargarlo a un año.
Esto no sólo te protegerá ante la volatilidad, también te permitirá no ser esclavo de un mal trabajo. No hay nada peor que tener que ir a trabajar a desgana porque necesitas llegar a fin de mes.
3. Gasta menos de lo que ingresas
El ser humano lleva especialmente mal bajar su tren de vida una vez se ha acostumbrado al mismo. Por ello es vital no subirlo automáticamente según sube tu sueldo. De hecho, un muy buen consejo suele ser dedicar las subidas automáticamente al ahorro para, de esa forma, mantener tu nivel de vida al que tenías con anterioridad.
Idealmente deberías ahorrar entre el 10% y el 30% de tu sueldo. Cuánto más mejor, porque los ahorros te protegen y compran libertad como veíamos en el punto anterior.
4. Ten una vida más allá del trabajo
Tu trabajo es una parte importante de tu vida, pero no puede serlo todo. En un sector volátil, el aleteo de una mariposa en la FED, puede hacer que termines en la calle.
Busca amigos fuera del trabajo. Mantente en forma. Cuida de tu familia. Sal a la playa o a la montaña. Disfruta del aire libre y recárgate las pilas.
Hicieron un estudio sobre de qué se arrepentían los que estaban en su lecho de muerte, y el número dos era desear no haber trabajado tanto. No sé vosotros, pero no me gustaría llegar a esa situación.
5. Mantente actualizado y amplía tus conocimientos
No eres funcionario. Tu puesto de trabajo no está garantizado de por vida. No puedes tratarlo como si lo estuviera.
Necesitas estar al día en cuánto a tecnologías, metodologías, tendencias. Si eres backend, aprende algo de frontend. Si eres frontend, aprende algo de backend.
Cuánto más versátil seas, más oportunidades tendrás en el caso de que te vengan mal dadas.
6. Crea una red de contactos
Si te van los saraos, déjate ver por los eventos principales del sector. Proponte como speaker. Participa del networking.
Y si no te va mucho salir de casa, también tienes alternativas. Lanza un blog, abre una newsletter, únete a una comunidad de Slack o Discord. Sé un miembro activo de un foro, contribuye en Stack Overflow o en proyectos Open Source.
No es sencillo, porque es dedicar más horas de la semana al trabajo fuera del trabajo. En mi caso, por ejemplo, unas cuatro horas de media por semana para preparar cada uno de estos envíos.
Es un pequeño precio a pagar, a cambio de la tranquilidad de ir generando una red de contactos y oportunidades a recurrir en caso de un golpe de volatilidad inesperado.
Concluyendo
Los que trabajamos en el sector tecnológico hemos descubierto recientemente que trabajamos en un sector más volátil de lo que pensábamos.
Casi dos décadas de tipos de interés casi cero, inversión infinita sobre el sector, seguridad laboral y sueldos por encima de la media, nos habían hecho olvidar lo que los más viejos del lugar vivieron en la crisis de las punto com en el 2000.
La buena noticia es que tenemos herramientas para protegernos de la volatilidad, como por ejemplo:
Ajustar nuestras finanzas de forma que la volatilidad no se nos lleve por delante
Tener una buena salud física y mental teniendo vida más allá del trabajo
Tejer una buena red de contactos en la que apoyarse
En nuestra mano está hacerlo. Nuestra es la decisión de cómo queremos vivir nuestra vida. Si sobre surfeando las olas sobre una buena tabla, o desnudos y a nado, siendo arrastrados contra el arrecife.
Mi consejo, y probablemente el de vuestras madres y abuelas, escoged la tabla.