¿Qué va a pasar con la gente guapa?
Un estudio revela que los humanos digitales nos generan más confianza que los de carne y hueso. La industria de la moda ya lo está aprovechando reemplazando a equipos creativos por modelos sintéticos.
Hace unos días, me fijé en las típicas fotos que adornan las paredes y las puertas de mi gimnasio con gente guapa, haciendo deporte y luciendo grandes sonrisas.
Me dio por pensar en todo lo que hacía falta antes de 2024 para hacer esa foto:
Modelos
Maquilladores
Estilistas
Fotógrafos
Iluminadores
Y después pensé cómo, en 2024, puedes hacer lo mismo con tan solo una IA generativa.
Las modelos virtuales de Mango
Mango, multinacional en el sector de la moda, ha sido de las primeras empresas en comenzar a utilizar modelos generados por IA en sus catálogos. Por ejemplo, esta persona no existe.
Las ventajas de la utilización de la IA generativa para la industria, especialmente en el sector fast-fashion, son obvias. Suponen, entre otras:
Ahorros de costes: como los salarios de todos los profesionales involucrados y gastos derivados de la sesión fotográfica como localizaciones y transporte.
Un aumento de la velocidad en la generación de contenidos: obviamente, generar imágenes con modelos virtuales desde el departamento de IA de la empresa es más sencillo que contratar y desplazar a todos los profesionales para una sesión fotográfica.
Diversidad ilimitada: lo que permitirá a la industria tener modelos adaptados a los gustos particulares de cada mercado, personalizando así sus catálogos.
Pero no es tan sólo que las empresas tengan un incentivo económico para utilizar humanos digitales para ahorrar costes y ganar eficiencia. Es que además, los humanos preferimos a los digitales frente a nuestros congéneres de carne y hueso.
Los humanos digitales nos inspiran más confianza
Chema Alonso, en La Product Conf de este año dio una charla introductoria a la inteligencia artificial que no puedo dejar de recomendar.
Hacia el final de la misma, sobre el minuto 52, comenta un estudio de marzo de 2022, en el que dos investigadores realizaron tres experimentos para comprobar la habilidad de los participantes para diferenciar entre humanos de carne y hueso y humanos digitales.
En el primer experimento, se les pidió a los participantes clasificar imágenes en dos conjuntos: reales y digitales. Su porcentaje de éxito fue de apenas el 48.2%. Peor que si hubieran lanzado una moneda al aire.
El segundo consistía en lo mismo, pero se ayudaba a los participantes guiándoles y retroalimentándoles después de cada intento de clasificación. Pese a esto, el porcentaje de éxito tan sólo subió al 59%.
Pero sin duda el experimento más revelador fue el tercero, en el que los investigadores pidieron a los participantes que puntuaran de uno a siete el grado de confianza que les proporcionaba cada imagen. Como ya os podéis imaginar, los participantes puntuaron más aquellas imágenes de humanos digitales, 4.82 de media, que a los humanos reales, con un 4.48.
Los investigadores apuntaron que una posible causa podría ser que las imágenes sintéticas tienden a representar a individuos con un conjunto de rasgos en la media de todos los humanos, lo cual nos genera más confianza según otros estudios previos.
Alonso apuntaba otra teoría, y es que las redes sociales llevan 10 años entrenándonos para que nos gusten los humanos digitales. Porque, ¿qué es un influencer con un filtro de belleza aplicado si no un humano digital?
El gran reemplazo
Como se destila de los resultados del estudio, ya en 2022 éramos capaces de generar imágenes de humanos digitales indistinguibles de los reales. Desde entonces, la cosa sólo ha ido a peor.
Hoy en día tenemos la tecnología para crear humanos sintéticos y utilizarlos para cualquier trabajo para el que anteriormente hubiéramos tenido que contratar un modelo. No sólo eso, podemos llevarlos a través del espacio y el tiempo a cualquier localización que se nos ocurra, y hasta adaptar sus rasgos al mercado objetivo de la campaña. Todo ello, a una fracción del coste que nos hubiera llevado hacerlo con humanos reales.
La ciencia nos dice, además, que no sólo no rechazamos estas imágenes, si no que podemos llegar a preferirlas. Con todos estos ingredientes, resulta inevitable no pensar que gran parte de la industria creativa alrededor del mundo de la moda va a ser reemplazada. Reemplazada por prompt engineers que armados con una IA realizarán el trabajo que antes hacía todo un equipo.
Mi pronóstico es que pronto será difícil encontrar algo que no sea un modelo digital en un catálogo de moda. Toda la clase media del sector desaparecerá. Únicamente las marcas de lujo utilizarán a supermodelos de carne y hueso en carísimas sesiones fotográficas como factor de diferenciación.
Esa clase media, que probablemente representa al 99% de trabajadores del sector, tendrá que adaptarse a utilizar la IA, o a cambiar de profesión. Ya está pasado con diseñadores y copywriters, y no tiene visos de parar. La industria creativa es probablemente la que más está sufriendo la venida de las IAs generativas.
En el lado positivo tenemos la democratización del acceso a estos recursos. Empresas o marcas de ropa incipientes que antes no podían competir, ahora pueden hacerlo aupados sobre modelos digitales. Hay cierta razón para la esperanza si observamos lo que pasó con la introducción de las primeras hojas de cálculo. Se esperaba que hicieran desaparecer a los contables, y en realidad se multiplicaron porque la demanda de sus servicios creció exponencialmente.
Aún así, me sigo haciendo la pregunta, ¿qué va a pasar con la gente guapa? O dicho de otra forma, ¿qué va a pasar con todos los empleos para los que utilizar una IA será más eficiente que utilizar al humano medio?
Son preguntas que deberemos resolver en el corto plazo.
Empleados a la calle, como en tantos sectores...
Buen análisis. También se debe considerar todos las nuevas oportunidades que surgirán para los que sepan aprovechar el conocimiento y uso de la IA. Ahora un creativo podrá tener su propio estudio con la ayuda de la IA.